jaeinnova

Cuaderno de investigación de Leoncio López-Ocón sobre las reformas educativas y científicas de la era de Cajal. ISSN: 2531-1263


2 comentarios

Tesoros del Instituto «El Greco» de Toledo en Madrid. Pasen y vean

En el Palacio Real de Madrid se ha organizado una gran exposición: Goya y el infante don Luis: el exilio y el reino, uno de los acontecimientos culturales en este invierno madrileño, como destacara Rafael Fraguas. Su apertura se ha prorrogado hasta el 24 de febrero de 2013.

Su comisario, Francisco Calvo Serraller, destaca el mecenazgo artístico, científico y cultural, llevado a cabo por el infante Don Luis de Borbón y Farnesio (1727-1785), hermano menor del rey Carlos III (1716-1783).

El visitante encuentra sorpresas en los diez espacios expositivos que le introducen al mundo ilustrado, que se pueden seguir a través del microsite correspondiente. A mí me han llamado la atención las siguientes.

En la sala 1 «Conversaciones nocturnas» sobresale el cuadro La familia del infante don Luis de Borbón pintado por Goya en 1784 , que tiene algo de Conversation Piece, género pictórico de moda en el Reino Unido en aquella época.

el infante don luis

Como botón de muestra se puede ver en la exposición el muy interesante óleo  Experimento con un pájaro en la bomba de aire de Joseph Wright de Derby, en el que se recrea uno de los experimentos con bomba de aire de Robert Boyle, crucial en la construcción de la ciencia moderna al revelar de qué manera los hechos están determinados por los experimentos como explicaran en un importante libro los historiadores de la ciencia británicos Steven Shapin y Simon Schaffer,obra traducida al castellano por Alfonso Buch,  promesa de la historiografía de la ciencia argentina, fallecido prematuramente.

experimento con un pajaro

Al recorrer las salas 2 «Igual/Desigual», 3 «Album familiar», y 4 «Propios y extraños» se encuentra uno con interesantes sorpresas como el óleo sobre lienzo de Goya de 1783 Luis María de Borbón y Vallabriga, niño, estudiando geografía

niño estudiando geografia en 1783

Las salas 5 y 6 están dedicadas al notable pintor Luis Paret y Alcázar (1746-1799).  Sus vistas de puertos y playas del norte de España, -sea el Arenal de Bilbao, la Concha de San Sebastián o el puerto de Pasajes-, sus marinas, su interesante óleo La tienda del anticuario Geniani de 1772, de la Fundación Lázaro Galdiano, o las composiciones efectuadas en Puerto Rico tras su exilio a esa isla, donde influyó en la obra del pintor mulato José Campeche, me llamaron fuertemente la atención.

En la sala 7 Goya sigue revelenado su fuerza expresiva y sus dotes técnicas con un cuadro de su juventud Aníbal cruzando los Alpes (1770-1771),  el cartón La caza del jabalí (1775) y sobre todo dos cuadros relacionados con la guerra de Independencia: Fabricación de balas Fabricación de pólvora en los que se ve a guerrilleros escondidos en bosques pertrechándose de armamento.

Las tres últimas salas están dedicadas a reconstruir el gabinete del Infante D. Luis Antonio. El atento visitante encontrará en ellas piezas artísticas y objetos científicos sobresalientes, y tendrá una oportunidad única para aproximarse a la sensiblidad de la aristocracia ilustrada.

En la sala 8 cuadros de Lorenzo Tiepolo y Francesco Sasso nos muestran «Tipos populares» reveladores de una curiosidad antropológica, plagada de tópicos.

La sala 9, a mi modo de ver la más deslumbrante del paseo expositivio, nos muesta la «Cámara de maravillas» del infante que tenía en sus palacios de Arenas de San Pedro y sobre todo en el de Boadilla del Monte en la que se plasmó la visión enciclopédica del mundo del infante D. Luis y de su círculo cortesano. Ese aristócrata reunió, además de instrumentos de matemáticas y física experimental, una amplia colección de objetos extraordinarios de los tres reinos de la naturaleza.

Y ciertamente las decenas de objetos expuestos quizás demasiado abigarradamente son una fiesta para los sentidos.

El paseante podrá admirar: aguadas sobre cartulina de Luis Paret de aves, como la oropéndola y el pinzón de montaña, y mamíferos, como la cebra, pintados en 1774;  hermosos pájaros disecados procedentes del Museo de Santa Cruz de Toledo;  soberbios ejemplares de aves exóticas como un quetzal, ave símbolo de la República de Guatemala, o un ave del paraíso, cuyo simbolismo y atracción científica entre los naturalistas de la Europa moderna ha sido estudiado recientemente por mi colega José Ramón Marcaida en su tesis doctoral dirigida por mi compañero de departamento Juan Pimentel;  globos terráqueos de factura británica; el huevo de avestruz decorado con personajes alusivos a diferentes continentes; figuras construidas con conchas marinas; la extrardinaria consola fabricada en el Real Laboratorio de Piedras Duras del Buen Retiro, cuya producción ha sido estudiada por mi compañera del Instituto de Historia del CSIC Mari Paz Aguiló Alonso, con su alegoría de las artes y representación de un puerto y de una naturaleza muerta; o los dibujos del arquitecto Ventura Rodríguez que trabajó en la construcción de los palacios del infante.

Zebra Paret

Pero quizá la gran sorpresa de esta sala es encontrar deslumbrantes objetos procedentes del actual gabinete de historia natural del Instituto El Greco de Toledo, entre los que sobresalen la anatomía de una cabeza femenina y una serie de figuras construidas con conchas marinas. Un análisis pormenorizado de la colección del infante D. Luis que, tras sobrevivir al  paso del tiempo, se conserva en el Instituto de Enseñanza Secundaria El Greco de Toledo, ha sido efectuado por el catedrático de ese centro educativo Francisco García Martín, quien desde hace tiempo está efectuando en el seno de la Asociación nacional para la defensa del patrimonio de los institutos históricos una importante labor de recuperación y estudio del legado cultural existente en ese centro educativo. Como resultado de sus pesquisas ha elaborado un cuidadoso  e interesante libro El Gabinete de Historia Natural del Infante D. Luis Antonio en Boadilla del Monte. 

Ciertamente por lo que entrevemos en nuestro paseo y por lo que expone detalladamente en su libro Francisco García Martín las colecciones científicas del infante D. Luis fueron en su momento tan significativas como la que reunió el guayaquileño Pedro Franco Dávila, germen del actual Museo Nacional de Ciencias Naturales, como mostraran en una monumental obra mi amigo prematuramente fallecido Miguel Villena, junto a Javier Sánchez Almazán, Jesús Muñoz Fernández y Francisco Yagüe.

La exposición del Palacio Real se cierra en la sala 10. Allí se ofrece una antología de la colección de arte de ese aristócrata. Impulsado por su pulsión coleccionista gastó considerables recursos en atesorar más de 5.500 obras: 900 pinturas, cerca de 4.000 grabados, unas 150 esculturas y más de 150 dibujos, que reunió entre sus palacios de Boadilla del Monte, Velada, y el de la Mosquera en Arenas de San Pedro.