jaeinnova

Cuaderno de investigación de Leoncio López-Ocón sobre las reformas educativas y científicas de la era de Cajal. ISSN: 2531-1263


Deja un comentario

A propósito de un sello sobre la escuela de Cajal: son los que están pero no están todos los que son

El 20 de diciembre de 2023 se ha presentado en el Colegio Oficial de Médicos de Madrid un sello homenaje a la Escuela Neurohistológica Española y a Santiago Ramón y Cajal (Petilla de Aragón-Navarra 1 mayo 1952-Madrid 17 octubre 1934), cuyos integrantes pertenecieron a tres grupos generacionales.

En el sello aparecen al lado de quien fuera premio Nobel de Medicina y Fisiología en 1906 cinco discípulos directos: su hermano Pedro Ramón y Cajal, (Larrés [Huesca]- 1854-Zaragoza 1951), quien fue su más antiguo discípulo además de notable esperantista; el naturalista salmantino Domingo Sánchez Sánchez (Fuenteaguinaldo [Salamanca] 1860-Madrid 1947) quien fue su más importante colaborador en el terreno de la indagación de la textura del sistema nervioso de los invertebrados; el más destacado de sus discípulos directos Jorge Francisco Tello (Alhama de Aragón [Zaragoza] 1880- Madrid 1958), profesor auxiliar de su cátedra de histología y anatomía patológica desde 1905 y su sucesor en ella desde 1926, director del Instituto Nacional de Higiene entre 1920 y 1934, y director también del Instituto Cajal entre 1934 y 1939 cuando fue destituido de ese cargo por los vencedores de la guerra civil; Fernando de Castro Rodríguez (Madrid 1896-Madrid 1967), quien ganó la cátedra de histología y anatomía patológica de la Universidad de Sevilla en 1933, si bien fue agregado al Instituto Cajal dos años después, convirtiéndose en una de las máximas autoridades mundiales sobre la génesis y la textura de los ganglios del simpático periférico; el aragonés Rafael Lorente de Nó (Zaragoza 1902-Tucson, Arizona 1990), quien en 1931 aceptó el ofrecimiento de trabajar como neurohistólogo en el Central Institute for the Deaf, de St. Louis en Missouri, trasladándose cinco años más tarde -en 1936- al Instituto Rockefeller, de Nueva York, donde se convirtió en un relevante neurofisiólogo, sobre todo en el campo de las sinopsis neuronales.

También le acompañan en el sello tres grandes especialistas en la investigación neurohistológica, en cuyas obras Cajal influyó decisivamente. Uno de ellos fue Nicolás Achúcarro (Bilbao 1880-Neguri/Guecho [Vizcaya] 1918), a quien Cajal dedicó una emotiva necrológica en el seno de la Sociedad española de Biología, reproducida por la revista España, cuando la dirigía José Ortega y Gasset, y que he insertado en mi edición crítica de Los tónicos de la voluntad de Cajal en la editorial Gadir, cuya quinta edición acaba de aparecer [pp. 363-370]. En ella Cajal resaltó que Achúcarro «reunía a la honrada laboriosidad del vascongado, la disciplina metódica del alemán y la fina y comprensiva crítica del inglés». Otro fue el castellano Pío del Río Hortega (Portillo [Valladolid] 1882-Buenos Aires 1945), quien tras la muerte de su maestro Achúcarro pasó a colaborar con Cajal, con quien mantuvo unas relaciones tormentosas como expone en su texto autobiográfico El maestro y yo al que he prestado atención recientemente en diversas páginas de mi libro El cénit de la ciencia republicana. Los científicos en el espacio público (curso 1935-1936) cuando analicé el momento en el que la JAE le nombró heredero científico de Cajal, allá por octubre de 1935. Completa el panel de los representados en el sello «Homenaje a la Escuela Neurohistológica Española» el neurólogo y psiquiatra madrileño Gonzalo Rodríguez Lafora (Madrid 1886-Madrid 1971), quien organizó una importante exposición de arte psicopatológico expuesta en Madrid en el otoño de 1935 y en Barcelona en la primavera de 1936 como ha analizado recientemente Pedro José Trujillo en las páginas de la revista Asclepio y de las que me hice eco también en las páginas de El cenit de la ciencia republicana.

Estos tres últimos investigadores formaron en cierta medida un grupo diferenciado del tronco principal de los colaboradores directos de Cajal. Este lo reconoció en cierta medida en su necrológica de Achúcarro cuando afirmó: «Persuadido yo, sin embargo, de sus envidiables dotes docentes, logré, no sin vencer grandes resistencias, obligarle a regentar una plaza de auxiliar numerario en la Facultad de Medicina, en espera de la cátedra de Neuropatología, en la cual sus grandes talentos hubieran hallado empleo adecuado y florecimiento espléndido. En este empeño de asociarle a la noble misión del magisterio, me secundó, sin reservas, la Junta de Ampliación de Estudios, que puso bajo la dirección de Achúcarro, excelente Laboratorio destinado a orientar a los candidatos a pensión y a retener y adiestrar a su regreso a los pensionados más sobresalientes. De que nuestros vaticinios se cumplieron, da elocuente testimonio la brillante escuela fundada en muy pocos años por el joven maestro; de ella son honra y prez: Rodríguez Lafora, del Río Hortega, Sacristán, Calandre, Gayarre, Fortún y otros varios todavía en fase de formación«. 

Fue el temprano fallecimiento de Achúcarro en 1918 el que produjo que varios de sus discípulos se integrasen en la escuela de Cajal. Por tal razón este cuando la Academia de Ciencias le otorgó la medalla Echegaray en 1922 enumeró hasta a 22 integrantes de su escuela, según nos ha recordado recientemente Cristina Calandre (ver aquí). En ese listado se encuentran dos investigadoras: la doctora australiana Laura Forster (1858-1917) y Manuela Sierra (1900-1988), cuyas aportaciones han sido destacadas recientemente junto a las de otras mujeres que colaboraron con Cajal y su escuela.

Con el paso de los años alguno de los presentes en esa lista, como fue el caso de Pío del Río Hortega, se emanciparon de la tutela del maestro y formaron a su vez su propia escuela como vamos a exponer en sucesivas entradas de esta bitácora, y como ya destacara Isaac Costero en el obituario que le dedicó en las páginas de la revista Ciencia (ver aquí).


1 comentario

Cajal entre los personajes admirados por el alumnado de escuelas madrileñas durante la Segunda república

Preparando la conferencia «La cajalización de España y el fomento de la cultura científica en las aulas republicanas» que daré el próximo día 16 de febrero, como conferencia inaugural del master de Historia y Memoria de la Educación que organizan la UNED y la Universidad de Alcalá, me he encontrado con una singular experiencia educativa desarrollada en escuelas madrileñas durante el curso 1933-1934.

Se trata de una encuesta efectuada por un equipo de once alumnos (1) del tercer curso del plan profesional de Magisterio a 2.708 niños y niñas de distintos, y «opuestos», barrios de la capital de la España republicana. Su objetivo era averiguar las preferencias del alumnado por los grandes personajes de la Historia que hubieran destacado o destacasen en aquel momento «en cualquier orden de humana actividad». Para evitar errores y copias la encuesta se hizo por escrito y simultáneamente en cada escuela o grado.

El interrogatorio se hizo sujetándose a la siguente ficha, que se aclaraba con breves palabras explicativas:

Nombre y apellidos.- Edad.- Escuela.- Grado.- Maestro.

Y se plantearon las siguientes dos preguntas:

  1. Indicar, por orden de preferencia, los nombres de los tres hombres o mujeres ilustres que más admiras
  2. Indicar por qué causa admiras a cada una de estas personas.

Lamentablemente los resultados obtenidos que nos ofrece la fuente que consultamos son escuetos y no nos aclaran las razones solicitadas en la segunda pregunta. Por ello, con la información disponible, solo podemos entrever a través de los nombres elegidos el tipo de enseñanza que se daba en las escuelas pero resulta imposible determinar las preferencias de los niños y niñas sobre los grandes hombres y mujeres atendiendo a su edad, sexo, temperamento, aficiones, lecturas, influjo del ambiente y del maestro, y otras variables.

Quien ofreció los primeros resultados de esa encuesta, el director en aquel momento de la Revista de Esuelas Normales Pedro Cortés (2), anunció que más adelante se ofrecería un análisis de esa indole, que al parecer no llegó a publicarse.

No obstante, el siguiente listado de los personajes ilustres preferidos por los escolares entrevistados, según el orden de votos que obtuvieron hasta el puesto 48 inclusive [42 hombres -pues en el puesto 26 del ranking estaban Daoiz y Velarde- y 7 mujeres], es ilustrativo del tipo de conocimientos y valores cívicos transmitidos por maestros y maestras y por las familias del alumnado en el ecuador del primer lustro republicano.

Como se aprecia a continuación ocupaban un lugar preferente en esa admiración escritores, en primer lugar muy destacado Miguel de Cervantes, y artistas.

Fueron elegidos en efecto 15 escritores, casi un tercio de los personajes mencionados, lo que mostraba la huella dejada por las lecturas escolares en la mentalidad del alumnado.

Además de Cervantes se mencionaron otros dos novelistas como Vicente Blasco Ibáñez, en décima posición, quien había fallecido en 1928 y era muy popular en los círculos republicanos no sólo del País Valenciano; y Benito Pérez Galdós, en una de las posiciones bajas de la tabla -la 37. El grupo de poetas y dramaturgos era amplio y mostraba la familiaridad de ciertos niños y niñas con poetas y poetisas de la edad de oro de las letras castellanas, y de las épocas romántica y realista del siglo XIX. Se encontraban mayoritariamente en la parte intermedia y baja del ranking: José Zorrilla, en el puesto 14, Gabriel y Galán- que también había ejercido de maestro- y santa Teresa de Jesús en los puestos 18 y 20; Campoamor en el 25; Lope de Vega y Quevedo, en el 27 y en el 30; Concepción Arenal -sobre la que hay una actualmente una relevante exposición en la Biblioteca Nacional– y Rosalía de Castro en los puestos 34 y 36, aunque empatadas con 24 votos, y Federico García Lorca, el único poeta vivo, representando a la generación de 1927, en la posición 45. Otros dramaturgos escogidos por los encuestados y encuestadas fueron: Jacinto Benavente, otro de los escritores vivos presentes en los resultados de la encuesta (fallecería en Madrid en 1954), y Calderón de la Barca, en los puestos 21 y 22.

En cuanto a los artistas fueron elegidos cinco de ellos. En posiciones destacadas un trío de pintores de fama mundial como eran Goya, Velázquez y Murillo, ubicados en tercera, quinta y sexta posición del ranking. A distancia de ellos se encontraba Joaquín Sorolla en el puesto 33. Esos pintores estaban acompañados del pianista, que había sido un niño prodigio, Pepito Arriola, en el puesto 41 al haber obtenido 20 votos.

Junto a escritores y artistas aparecieron en las preferencias de esos escolares científicos, técnicos y exploradores que formaron un contingente de nueve personajes, tanto españoles como extranjeros, pertenecientes a diversas épocas históricas. En ese grupo cabe ubicar al navegante y explorador Cristóbal Colón, símbolo de la expansión atlántica que marcó la historia hispana, cuyos 792 votos le permitió ocupar el segundo puesto del ranking; al alemán Gutenberg, inventor de la imprenta, -artilugio técnico considerado clave en la propagación de los conocimientos, muy apreciado por corrientes pedagógicas como la impulsada por el maestro francés Celestin Freinet- quien ocupó la octava posición del ranking, seguido en el noveno puesto por el científico Santiago Ramón y Cajal, admirado entre muchos maestros españoles, quienes participaron activamente en la construcción de su aureola de héroe civil tras haber obtenido el premio Nobel de Medicina y Fisología en 1906; en las posiciones 23 y 32 se situaron dos ingenieros inventores, Edison, que había fallecido en 1931, y Marconi -premio Nobel de Física en 1909 – que viviría hasta 1937. Sus conocimientos fueron decisivos en la configuraciones de dispositivos técnicos como el fonógrafo, la cámara de cine, la bombilla incandescente y la radio que transformaron de manera paulatina, primero, y luego aceleredamente la vida cotidiana de la población mundial en el primer tercio del siglo XX. Junto a ellos también se situaron, en los puestos 29 y 31 otros dos tecnólogos españoles: el ingeniero y aviador Juan de la Cierva, inventor del autogiro, aparato precursor del actual helicóptero, quien fallecería el 9 de diciembre de 1936 y el marino Isaac Peral, el cual no había logrado encontrar los respaldos necesarios entre sus superiores jerárquicos y en las esferas gubernamentales para impulsar la construcción en serie del submarino que logró botar con éxito en 1888. Fueron elegidos además el físico y matemático griego Arquímedes, considerado uno de los científicos más importantes de la Antigüedad, en el puesto 28 con 44 votos, y el científico aragonés Miguel Servet, quien antes de ser condenado a morir en la hoguera en la Ginebra dominada por Juan Calvino en 1553 explicó cómo era la circulación pulmonar de la sangre en su famoso texto «Christianismi Restitutio».

Junto a creadores culturales, científicos e inventores los escolares encuestados mostraron su admiración hacia un haz heterogéneo de ocho responsables políticos : seis relacionados con la historia española, dos con la historia universal. Entre los primeros la más votada fue la reina Isabel la Católica, en el puesto 12, con 87 votos. La acompañaban diversos representantes de las tradiciones políticas entroncadas con el liberalismo y con el socialismo. En el puesto 13, Emilio Castelar, uno de los cuatro presidentes de la Primera República española; el fundador del Partido Socialista Obrero Español, Pablo Iglesias Posse, en el puesto 16 con 68 votos; el primer presidente de la Segunda República española Niceto Alcalá Zamora, en el puesto 19 con 66 votos; el dirigente socialista y concejal del Ayuntamiento de Madrid Andrés Saborit, quien desde sus responsabilidades políticas impulsó las construcciones escolares en Madrid en el puesto 40 con 21 votos y en el puesto 43 con 17 votos el general catalán Juan Prim, presidente del Consejo de Ministros y líder del liberalismo progresista durante el Sexenio democrático. Junto a esa media docena de políticos españoles la población encuestada votó también por otros dos dirigentes políticos extranjeros de fama universal: Napoleón, que ocupó el puesto 42 con 18 votos, y Lenin, en el puesto 48 y último de la lista, con 13 votos.

También mostraron su admiración por un haz de siete militares. Unos estaban relacionados con la guerra de la Independencia como fueron el caso de Agustina de Aragón, heroina de la defensa de Zaragoza, – sus 129 votos la situaron en un destacado séptimo puesto del ranking-, o la pareja formada por los capitanes Daoiz y Velarde, que se sumaron al levantamiento del 2 de mayo de la población madrileña contra las tropas francesas, en el puesto 26 con 25 votos. En posiciones inferiores se encontraban dos militares a los que se consideró héroes republicanos, tras encabezar una fallida sublevación de la guarnición de Jaca, y ser fusilados, en diciembre de 1930, poco antes del advenimiento de la Segunda República: mientras que el capitán Fermín Galán recibió 22 votos su compañero Angel García Hernández obtuvo 17 votos, situándose en los puestos 39 y 44 del ranking, respectivamente. A esos personajes se unieron El Cid, el guerrero medieval protagonista del poema épico más importante de la literatura castellana, quien recibió 68 votos, lo que le permitió situarse en el puesto 15 de las preferencias de los encuestados y encuestadas y un soldado de la guerra de Cuba, Eloy Gonzalo, -el cual obtuvo 23 votos, ubicándose en el puesto 39-, quien es más conocido por su sobrenombre de Cascorro debido a una valerosa acción militar que llevó a cabo en esa población cubana en 1896.

Eligieron también a dos iconos de las nuevas formas de entretenimiento y diversión que se extendieron en la cultura de masas de la sociedad española de los años republicanos como fueron el fútbol y el cine. Así el que era por aquel entonces afamado portero del Real Madrid y de la selección española Ricardo Zamora obtuvo 35 votos, situándose en el puesto 35 de los elegidos. Por su parte los 13 votos obtenidos por la actriz de teatro y de cine Catalina Bárcena la ubicaron en el penúltimo lugar de la lista, la posición 47.

Finalmente aparecen entre las preferencias de la población escolar encuestada cuatro personajes muy próximos a ellos en su vida cotidiana, a los no quisieron olvidar en sus respuestas. Así la figura del maestro, que aparece masculinizado cuando el número de maestras era muy numeroso, obtuvo 371 votos, lo que le permitió encaramarse a la cuarta posición de la lista; la figura de la madre ocupó el puesto 11 con 88 votos y la figura del padre el puesto 17 con 67 votos. A esas figuras carnales hay que añadir uno de los símbolos del imaginario español como es el personaje de Don Quijote que obtuvo 53 votos, situándose en el puesto 24, en la mitad de la lista que se está mostrando.

A continuación ofrezco los resultados de la mencionada encuesta a través de una galería de imágenes. Su lectura permite interpretaciones y observaciones diversas que cada lector es libre de hacer. Quizás en otra entrada ofrezca mi particular análisis, de manera pormenorizada.

Ahora me limito a constatar la valoración que hizo quien presentó esta encuesta en las páginas de la Revista de Escuelas Normales, el mencionado Pedro Cortés. Según él «la escuela de hoy – es decir la escuela republicana- ha evolucionado en un sentido altamente favorable hacia la enseñanza de los grandes valores de la civilización, abandonando el exclusivo estudio de los héroes político-guerreros.«

(1) Sus nombres eran: José Alvarez, Vicente Antón, Baldomero Gallego, Eligio Alvarez, Juan Manuel Rodríguez, Manuel Barraca, Ricardo Sevilla, Rafael Hernández, José Montagud, Calixto Martín y Mario G. Etcheverry.

(2) Pablo Cortés, «La Normal en acción. Encuesta histórica», Revista de Escuelas Normales. Organo de la Asociación Nacional del Profesorado Numerario, Año XIII, Madrid, enero 1935, nº 108, pp. 10-11.


Deja un comentario

El homenaje a un joven catedrático de Medicina en el Madrid de 14 de febrero de 1936

Si en la última entrada de mi bitácora fijé la atención en el homenaje que un grupo de amigos brindaron a María Teresa León y Rafael Alberti el domingo 9 de febrero de 1936 ahora me traslado a unos días después -al viernes 14 de febrero-. En esa ocasión fueron 23 médicos quienes se movilizaron para homenajear a uno de los suyos, a alguien que sería importante posteriormente en la medicina española, como fue el caso del doctor Manuel Díaz Rubio Lurueña (Madrid 1908-1976), creador de la hepatología en España. Como veremos a continuación ese homenaje sirvió para que la escuela de Jiménez Díaz sacase músculo ante los méritos de un joven médico pensionado en el extranjero que obtuvo su cátedra a los 28 años, en otra muestra del rejuvenecimiento que se produjo en las plantillas universitarias durante la Segunda República.

Nuestra fuente de información es la siguiente noticia aparecida en la segunda página del diario republicano La Libertad, uno de cuyos subdirectores era el padre del periodista Eduardo Haro Tecglen, del jueves 13 de febrero de 1936

EN HONOR DE UN CATEDRATICO

«Habiendo sido nombrado, después de reñidas oposiciones, para ocupar la cátedra de Patología médica de la Facultad de Medicina de Cádiz el joven doctor D. Manuel Díaz Rubio, y deseando expresar a éste nuestro entusiasmo por su triunfo y nuestra admiración por su intensa labor científica, con tanta modestia llevada a cabo al lado de sus maestros, un grupo de amigos y compañeros se reunirá para ofrecerle un sencilo homenaje que le sirva de estímulo en su labor docente y profesional.

Doctores Leonardo de la Peña (Ciudad Real 1875-Madrid 1957), Carlos Jiménez Díaz (Madrid 1898-1967), Lorenzo Gironés (Barcelona 1902-Managua 1955), Felipe Morán, Heliodoro G. Mogena, [especialista del aparato digestivo], Victoriano B. Acosta  [Ayudante de Otorrinolaringología de Antonio García Tapia desde 1933[,  Baldomero Sánchez Cuenca (Alcalá la Real-Jaén 1896-Madrid 1967) [discípulo de Jiménez Díaz],  Miguel Sancho, Alfonso de la Peña (Valladolid 1904-Madrid 1971),  Francisco Bielchowsky, [exiliado  de la Alemania nazi e hijo de Max Bielschovsky quien había solicitado a Cajal que le acogiese en Madrid, habiéndose incorporado a la clínia de Carlos Jiménez Díaz a principios de 1933 como ya señalé en mi edición de Los tónicos de la voluntad de Cajal], Luis Recatero, Carlos Albert, José de Paz, Francisco Vega Diaz (Sevilla 1907-Madrid 1995), Juan López Brenes, Darío del Pozo, Angel Suils (Logroño 1906), [gestionaba una clínica siquiátrica en Ciudad Lineal al empezar la guerra civil donde se refugiaría el fundador del Opus Dei José María Escrivá de Balaguer] Manuel Marcos, Carlos Lorca, Luis Cifuentes (Madrid 1907-2005), Manuel Arredondo (Madrid 1879- ?), Antonio G. Tapia (Ayllón, Segovia, 1875-Madrid 1950), Plácido G. Duarte (Carcelén 1897-Madrid 1986).

El banquete se celebrará mañana, 14 de Febrero, a las diez de la noche en el restaurante Capitol. Las tarjetas para el acto se pueden recoger en la portería del Hospital Clínico de San Carlos hou jueves, y mañana viernes, de diez a una y media de la mañana y hasta las seis de la tarde del mismo día en la Conserjería del edificio Capitol».

Ese edificio Capitol, uno de los símbolos de la Gran Vía madrileña se había inaugurado el 15 de octubre de 1933. Su restaurante tenía unas magníficas vistas sobre la ciudad como subraya M.G. Giménez en su interesante blog sobre Antiguos cafés de Madrid (ver aquí).

Vcisitudes posteriores de ese colectivo de médicos pueden seguirse en trabajos como en la obra autobiográfica de F. Pérez Peña, Los últimos clínicos de San Carlos. Estampas y Vivencias de la Facultad de Medicina de San Carlos.

Añadiré que muchos de esos médicos habían sido alumnos, discípulos o colegas de Cajal, cuya huella seguía viva y omnipresente en el Madrid de 1936. Días antes del banquete mencionado, el jueves de la semana anterior, el 6 de febrero, se había representado en el teatro Victoria de Madrid, con gran éxito de crítica y público «Nuestra Natacha» de Alejandro Casona, estrenada el otoño anterior en Barcelona. Pues bien nada más iniciarse la obra el público podía apreciar cómo presidía la habitación de la Residencia de Estudiantes donde se desarrolla el acto primero un retrato de Cajal que parece inspirar la labor de algunos de los protagonistas de la obra como el médico Somolinos, doble del que sería en México un gran historiador de la medicina Germán Somolinos, o el entomólogo Mario, e incluso me atrevería a decir de la misma protagonista «Natacha», la primera mujer doctora en Pedagogía surgida de una universidad española, con la misma voluntad pedagógica que Cajal.


1 comentario

Lugares de la ciencia en el Madrid de 1913

Entre el 15 y el 20 de junio de 1913 se celebró en Madrid el IV Congreso de la Asociación Española para el Progreso de las Ciencias. Los tres primeros se habían celebrado respectivamente en Zaragoza (1908), Valencia (1909) y Granada (1911). La significación de la fundación y desarrollo de este esfuerzo asociativo de los científicos españoles ha sido analizada, entre otros, por Elena Ausejo y  Pelayo García Sierra.

Una de las particularidades del primer congreso celebrado en la capital del Estado español fue que los organizadores tuvieron la idea de elaborar una Reseña de los principales establecimientos científicos y laboratorios de investigación de Madrid. El libro se compuso en un muy corto período de tiempo -¡en quince días-!. Pero constituye una valiosa fuente para conocer los lugares en los que se hacía ciencia en el Madrid de hace un siglo. Y nos permite disponer de información de primera mano sobre las razones que indujeron a pensar a quienes hicieron esa guía de que «el progreso científico es cada día más evidente en nuestro país, y la afición por los estudios experimentales va aumentando».

Parte de esta información se contiene en el interesante mapa interactivo Madrid: Ciencia y ciudad a principios del siglo XX, coordinado por Alfredo Baratas y Antonio González Bueno, que se puede consultar en el área de ciencia y sociedad del portal de madrimasd (ver aquí.) Con el ánimo de profundizar en la información que se ofrece en él se elabora esta entrada.

Como he señalado la realización del libro de 277 páginas que elaboraron los organizadores del mencionado Congreso de 1913 se hizo con prisas y ello se nota en el orden y contenidos desiguales de la información, pues unos contienen fotografías -que han sido bien utilizadas por los diseñadores del mencionado mapa interactivo Madrid: Ciencia y ciudad- y otros no.

Ahora bien leyendo la reseña con atención encontramos valiosos datos sobre la historia y funcionamiento de las siguientes instituciones y laboratorios y una galería de imágenes -que indicamos a continuación- que nos aproximan a los objetos e instrumentos que un paseante curioso podría observar si hiciese una ruta por el Madrid científico de 1913, con excursión a San Lorenzo del Escorial para visitar la Escuela de Ingenieros de Montes. En esa ruta se encontraría con instituciones estatales, unas de carácter militar, y otras de carácter civil, y alguna vinculada al Ayuntamiento de Madrid.

Entre las de carácter militar se encuentran:

el Laboratorio del Material de Ingenieros, cuya misión principal era el examen técnico de los materiales destinados a las obras y edificaciones del Ejército. La información que se ofrecía sobre ese laboratorio se complementaba con once fotografías correspondientes a: edificio principal; sala de análisis y ensayos clínicos; salas de máquinas: número 1, y 2; microscopio Le Chatelier-Reichert para metalografía; sala de ensayos de cementos y piedras; máquina Falcot para ensayo de ballestas; hornos eléctricos; máquina Brinell para ensayos de dureza; péndulo Charpy para ensayos de «resiliencia», y máquina universal Falcot.

 el Taller de precisión, laboratorio y centro electrotécnico de Artillería con las siguientes quince fotografías: Vista general de los edificios; Central eléctrica; Gabinete de medidas eléctricas; Gabinete de pruebas de explosivos; sala de preparaciones; Laboratorio de análisis; Laboratorio de gases; Laboratorio de pruebas de pólvoras; Metalografía. Banco de proyección y espectroscopio; Horno eléctrico;  Gabinete de metrología; Sala de balanzas; Sala de construcciones; y Laboratorio de pruebas mecánicas.

el Depósito de la Guerra, estrechamente relacionado con el  Estado Mayor Central del Ejército. Su noticia se complementaba con cinco ilustraciones alusivas a sus trabajos cartográficos: Fragmento de la hoja nº 45 del Mapa Itinerario Militar de España; Plano de las Rías Bajas de Galicia; (lavado) los Picos de  Europa; Mapa Militar de España al 1:200.000 (lavado).- Los Picos de Europa; y Plano de Alcázar Quebir en Marruecos.

el Laboratorio Central de Medicamentos de Sanidad Militar, ubicado en la calle de Amaniel. La información que se ofrecía sobre él se acompañaba de trece fotografías accesibles en

http://www.madrimasd.org/cienciaysociedad/patrimonio/madrid-cientifico/MCM-1900/portada.swf

La relación de imágenes es la siguiente: Vista del edificio; Sala de análisis; Sala de balanzas; Departamento de máquinas; Departamento para la fabricación de cápsulas y comprimidos; Departamento de preparación de extractos fluidos; Alambiques; Departamento de productos químicos; dos vistas del Departamento de sueros y ampollas; Departamento de especialidades farmacéuticas; Departamento de medicamentos envasados; y Almacenes.

Personal del Laboratorio Central de Medicamentos de Sanidad Militar hacia 1900. La imagen procede de la Biblioteca Virtual de la Real Academia Nacional de Farmacia. Está accesible en Europeana. José Ubeda y Correal, su principal impulsor, está sentado en primera fila a la izquierda del espectador.

Personal del Laboratorio Central de Medicamentos de Sanidad Militar hacia 1900. La imagen procede de la Biblioteca Virtual de la Real Academia Nacional de Farmacia. Está accesible en Europeana. José Ubeda y Correal, su principal impulsor, está sentado en primera fila a la izquierda del espectador.

el Instituto de Higiene Militar. Ubicado en el nº 56 de la calle Alberto Aguilera dependía de la sección de Sanidad Militar del Ministerio de la Guerra. Se había creado en 1885. En él se formaban los médicos militares y los oficiales veterinarios. En su reseña se ofrecía un resumen de los trabajos que se habían efectuado en él entre 1908 y 1912, una valoración de los análisis efectuados en 1912 y una valoración económica de los productos elaborados en ese año de 1912. Además la información se completaba con ocho fotografías que se pueden visualizar en el website Madrid científico mencionado anteriormente. Correspondían a: Vista del edificio; Laboratorio de servicios generales; Laboratorio de análisis clínicos; Laboratorio de bacteriología; Laboratorio de sueros; Laboratorio de análisis higiénicos; Laboratorio de Veterinaria; y Biblioteca.

el Centro técnico del Cuerpo de Intendencia Militar, creado por real orden de 22 de agosto de 1911 para reunir las tareas de la «Comisión de estudios y experiencias» y el Laboratorio del disuelto cuerpo de Administración militar se encontraba en pleno período de reorganización. Entre sus instalaciones contaba con Laboratorios de materias alimenticias, grasas, combustibles, materias textiles, cueros; un Laboratorio para preparaciones y trabajos foto y micrográficos; talleres de dibujo, pintura y depósitos electrolíticos, y oficina de estudios de aparatos, enseres y efectos relativos a los servicios de subsistencias, acuartelamiento, vestuario, transportes, hospitales y campamento. La noticia sobre este Centro no iba acompañada de ilustraciones.

Entre las instituciones y establecimientos de carácter civil cabe diferenciar:

– las Escuelas de Ingenieros como:

    la Escuela de Ingenieros de Minas en la calle de Ríos Rosas ocupó a partir de 1893 un edificio diseñado por el arquitecto Ricardo Velázquez Bosco. La reseña de esta escuela abarcó la descripción del laboratorio químico industrial y docente; el laboratorio de electricidad y los talleres mecánicos de carpintería y labra de metales. Se ilustraba la información con cinco fotografías correspondientes a: sección de investigaciones científicas; la comisión del grisú con Aparato de Schöndorff para ensayo de lámparas de seguridad en atmósferas inflamables; sección de electrotecnia; y dos vistas de la sala de electrometría.

Escuela Ingenieros de Minas 1906-1914-lacoste

   la Escuela de Ingenieros de Montes, situada a la entrada del Real Sitio de San Lorenzo del Escorial. Se ofrecía una noticia detallada del edificio, de su plan de enseñanza, de la biblioteca y de sus gabinetes y laboratorios, acompañada de siete fotografías alusivas a: Vista general de la Escuela; Biblioteca; Laboratorio de Química; Gabinete de Topografía; Gabinete de Zoología; Museo de industrias forestales; y Laboratorio de experimentación forestal.

Escuela Ingenieros de Montes (1870-1914)

Vista del edificio de la Escuela de Ingenieros de Montes en El Escorial

  la Escuela especial de Ingenieros agrónomos o Instituto Agrícola de Alfonso XIII, cuyos orígenes se remontaban a la Escuela central de Agricultura creada en Aranjuez el 1 de septiembre de 1853. Basándose en unos Apuntes históricos de Gumersindo Fernández de la Rosa se exponen los hitos y las vicisitudes de esa singular institución educativa hasta que se creó la Escuela Superior de ingenieros agrónomos por real orden de 16 de agosto de 1876. Se ofrecen entonces detalladas noticias sobre las enseñanzas teóricas y prácticas impartidas en ella, entre las que destacaba la formación hidráulica como se aprecia en este artículo (ver aquí). El texto se completaba con cuatro fotografías correspondientes a: Vista del edificio de la Escuela de ingenieros agrónomos, ubicado en las proximidades de la actual Casa de Velázquez en la Moncloa; y tres fotografías: de uno de los laboratorios de Química; del Laboratorio de Análisis; y del Laboratorio de Electrotecnia.

Escuela de ingenieros agrónomos Vista del edificio en la Moncloa

Vista del edificio de la Escuela de Ingenieros Agrónomos en la Moncloa

 el Laboratorio Central para ensayos de materiales de construcción de la Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, situado en el nº 3 de la calle de Alfonso XII, y creado por real decreto de 12 de agosto de 1898. Ocupaba los sótanos de la Escuela y en él se efectuaban ensayos químicos, físicos, mecánicos y eléctricos. Las cuatro fotografías que acompañaban a su reseña se referían a: Generadores eléctricos y balanza Kelvin; Patio de electrotecnia. Transformadores; Máquina universal Amster-Laffon, de 250 toneladas para medir esfuerzos de tracción, flexión o compresión; y Máquina Buckton, de 50 toneladas.

    la Escuela Industrial, cuya historia está resumida aquí, estaba situada en el nº 5 de la calle de San Mateo y tenía como anexos los Talleres Electro-mecánicos situados en el nº 68 de la calle de Embajadores. Según se informaba en la reseña que estamos resumiendo este centro formativo contaba con «un buen Gabinete de física, un Gabinete fotométrico y de medidas eléctricas, y de un Laboratorio de química con excelente material». Disponía además de «otro buen Laboratorio de química, con aparatos muy modernos» en el local donde estaban situados los Talleres en la calle Embajadores. Allí había también un Laboratorio de electrotecnia, «también con material excelente». La noticia sobre este establecimiento, que era breve, no iba acompañada de ninguna ilustración.

– las dependientes de la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas como:

  el Museo Nacional de Ciencias Naturales, con ocho fotografías sobre: las colecciones de vertebrados, y de articulados y un grupo de gamos expuestos al público; el Laboratorio de geología; dos sobre las salas de mineralogía; un departamento del laboratorio de entomología; y las colecciones de malacología en la sede que ocupa actualmente, a la que se había trasladado en 1910.

El Palacio de la Industria y de las Artes en 1887. En 1910 el Museo de Ciencias Naturales se instalará en una parte de él

El Palacio de la Industria y de las Artes en 1887. En 1910 el Museo de Ciencias Naturales se instalará en una parte de él

    el Laboratorio de Investigaciones Físicas,  dirigido por Blas Cabrera, también se instaló en el Palacio de las Artes y de la Industria. Estaba formado por cuatro secciones -Metrología, Electricidad, Espectrometría y Espectrografía y Química física- que ocupaban nueve salas. La noticia de ese novedoso laboratorio, fundado en 1910, iba acompañada de seis fotografías correspondientes a: Vista general de una de las dos salas de Metrología; Mesa de trabajo de una sala de Metrología; Instalación para la Magneto-química en una de las dos salas de Electricidad; Vista general de una sala de Electricidad; Conmutador de las baterías de acumuladores; Cuadro general de distribución. Quien elaboró la noticia mostró interés en detallar que la biblioteca del laboratorio a pesar de su reciente fundación contaba con adecuados materiales de consulta y estudio. Entre ellos se encontraban las colecciones siguientes de las principales publicaciones periódicas alemanas, francesas y norteamericanas: Series de Wiedemann y Drude de los Annales der Physik; y colecciones completas de los Beiblätter in den Annalen der Physik; de los Chemisches Central-Blatt; de Physikalische Zeitschrift; de Zeitschrift für Elektrochemie; de Travaux et Mémoires y Procès verbaux  du «Bureau International des Poids et Mesures»; de Physical Review; de Zeitschrift für Instrumentenkunde y de Zeitschrift für Physikalische-Chemie.

    el Museo de Antropología, Etnografía y Prehistoria con nueve fotografías sobre: Pórtico del Museo; Salón de Etnografía; Colecciones de ídolos; Indios del Napo de América del Sur; Grupo de negros ashantis jugando al «apon-ayo»; Busto de una joven indígena de las islas Carolinas; Sala de Prehistoria; Instrumentos de sílex de la estación cuaternaria de San Isidro de Madrid; y Laboratorio antropométrico.

Museo Antropológico

    el Laboratorio de Investigaciones Biológicas, dirigido por Santiago Ramón y Cajal, que ocupaba el ala meridional del segundo piso y una parte del tercero del edificio que fue Museo del doctor Velasco, compartiendo su ocupación con el Museo de Antropología, Etnografía y Prehistoria en el paseo de Atocha. Sorprendentemente en la reseña que estamos resumiendo, efectuada con motivo de la celebración del IV Congreso de la Asociación Española para el Progreso de las Ciencias en Madrid, se afirmaba que este laboratorio dirigido por Cajal estaba adscrito a la Universidad de Madrid, pero sabemos que formaba parte del Instituto Nacional de Ciencias Físico-Naturales de la JAE que presidía precisamente Cajal. Su noticia no iba acompañada de ninguna ilustración.

Laboratorio de Investigaciones Biológicas de Cajal en un lateral del Museo de Antropología, fundado por el Dr. Velasco. Foto del autor del Blog MadridLaCiudad

Laboratorio de Investigaciones Biológicas de Cajal en un lateral del Museo de Antropología, fundado por el Dr. Velasco. Foto de Carlos Viñas-Valle, autor del Blog MadridLaCiudad

– Otras instituciones estatales como:

      el Observatorio astronómico. Su reseña se acompañaba de ocho fotografías: del edificio principal; de la Ecuatorial de Merz y vivienda de los astrónomos; de los pabellones de la ecuatorial de Grubb y del espectroheliógrafo; de la Ecuatorial de Grubb; del Espectroheliógrafo; del Círculo meridiano; de la Ecuatorial fotográfica; y una vista de conjunto del edificio principal, pabellón del espectroheliógrafo y la cúpula del heliógrafo.

Edificio principal del Observatorio astronómico de Madrid

Edificio principal del Observatorio astronómico de Madrid

[En la actualidad en la blogosfera se encuentran accesibles algunas de esas fotografías: ver por ejemplo las accesibles aquíaquí y en este album de Flickr]

     El Observatorio Central Meteorológico, situado en el Parque del Retiro, con seis fotografías cuyos encabezamientos eran: Vista del edificio principal; Estación telegráfica; Garitas de instrumentos con registro gráfico; Observación barométrica; Pluviómetros; y Lanzamiento de globos pilotos.

Vista del edificio principal del Observatorio meteorológico del parque de Retiro en Madrid

Vista del edificio principal del Observatorio meteorológico del parque de Retiro en Madrid

Pluviómetros del Observatorio Central Meteorológico de Madrid

Pluviómetros del Observatorio Central Meteorológico de Madrid

Observaciones de 1 de enero de 1913 del Observatorio Central de Meteorología

Observaciones de 1 de enero de 1913 del Observatorio Central de Meteorología

   El Instituto Nacional de Higiene de Alfonso XIII que se había creado por real decreto de 1899 con el nombre de Instituto de Sueroterapia, Vacunación y Bacteriología, estaba ubicado en el nº 98 de la calle Ferraz. Lo presidía Santiago Ramón y Cajal quien contaba con la colaboración, entre otros, de su discípulo Francisco Tello y del investigador italiano Gustavo Pittaluga Fattorini, que se había instalado en Madrid desde 1903. Las noticias que se aportan son breves, a pesar de la importancia de la institución, y no están acompañadas de ninguna ilustración.

Instituto Nacional de Higiene de Alfonso XIII

   El Centro de Ensayos de Aeronáutica y Laboratorio de Automática, dirigido por Leonardo Torres Quevedo, que compartía espacio en el Palacio de la Industria y de las Artes con el Laboratorio de Física de la JAE. El Centro de Ensayos de Aeronáutica se había organizado a partir de una real orden de 4 de enero de 1904, y el Laboratorio de Automática se creó por real orden de 22 de febrero de 1907, incorporándose por real orden de junio de 1911 a formar parte de la Asociación de Laboratorios, creada por real orden de 6 de julio de 1910, para impulsar la construcción y reparación de aparatos científicos. La reseña de estas instituciones dirigidas por el ingeniero e inventor Torres Quevedo es muy completa y ofrece numerosos detalles de su trayectoria científica y de sus publicaciones. Además está acompañada esa abundante información con veintiuna ilustraciones, relacionadas fundamentalmente con sus investigaciones sobre Cinemática y Automática y con los trabajos efectuados para la Asociación de Laboratorios.

Sus encabezamientos son: Sala de montaje y ensayos; Taller de precisión; Magnetógrafo Brañas (Aparato construido con la colaboración del inventor -del Instituto de Oviedo-, por encargo de la Asociación de Laboratorios); Cardiógrafo Gómez Ocaña (idem); Monopuis Navarro (idem); Aparato de Chapuis, modificado para determinar el punto 100 de los termómetros (construido por encargo de la «Asociación de Laboratorios»); Patrón Fabry y Perot (idem); Miógrafo Potenciano (construido con arreglo a las indicaciones del inventor); Sismógrafo Mier (aparato que se construye por encargo de la «Asociación de Laboratorios»); Microtomo (construido por encargo de la «Asociación de Laboratorios»); Aparato para medir la resistencia eléctrica de los contactos (Proyecto del Laboratorio de Automática); Duplex-Santano. Aparato que funciona en varias líneas terrestres y en el cable de Almería a Melilla; Cardiógrafo Gómez Ocaña. Pie universal (Proyectado en el Laboratorio); Aparato para medir la fuerza atractiva de los electro-imanes (Proyecto del Laboratorio); Máquina de multiplicar Torres Quevedo. Aparato de ensayo y demostración; Máquina algebraica Torres Quevedo. Aparato en construcción, destinado a la resolución de ecuaciones algebraicas de grado superior; Husillo sin fin Torres Quevedo. Mecanismo utilizado en las máquinas algebraicas para construir la fórmula y = log. (10x + 1); Transbordador funicular Torres Quevedo. (Modelo en escala 1/10); dos fotografías de El ajedrecista Torres Quevedo. Aparato de ensayo y demostración. También había una fotografía del Centro de Ensayos de Aeronáutica correspondiente a El telekino Torres Quevedo (Aparato utilizado para los ensayos del bote «Vizcaya» que se realizaron en el puerto de Bilbao). 

Maqueta del trasbordador sobre el Niágara, conocido como Spanish aerocar, proyectado desde 1888 e inaugurado en 1916

Maqueta del trasbordador sobre el Niágara, conocido como Spanish aerocar, proyectado desde 1888 e inaugurado en 1916

   la Escuela de Criminología, creada por real decreto de 12 de marzo de 1903, se instaló definitivamente en 1905 en el pabellón de la izquierda a la entrada de la Prisión celular de Madrid, situada en la calle de la Princesa en el barrio de Argüelles. En 1913 la dirigía Rafael Salillas, y como profesores le acompañaban, – tras el fallecimiento de Félix de Armburo y Federico Olóriz-, Manuel Antón, Luis Simarro, y Manuel B. Cossío. En ella se formaba al personal del Cuerpo de Prisiones en la ciencia penitenciaria, y en  materias como antropología, sociología, psicología, pedagogía y criminología. Se efectuaban además prácticas en el interior de la prisión como revelaba la obra del profesor de Psicología del Instituto general y técnico de Valladolid, Francisco Santamaría, que había sido ayudante de Luis Simarro, titulada: Los sentidos.- Lecciones elementales de Psicometría dadas en la Escuela de Criminología de Madrid. La noticia sobre esta Escuela se acompañaba de cuatro ilustraciones correspondientes a dos fotografías del Museo-biblioteca, y otras dos del Aula grande donde se impartían las enseñanzas.

Instalaciones universitarias como:

     Laboratorios y cátedra de Física de la Facultad de Ciencias en la calle de Amaniel. Constaban de cuatro departamentos: dos destinados a laboratorios de Física general, Termología, Electricidad y Magnetismo y Acústica y Óptica, y otros dos para el taller de mecánica de la Facultad y la cámara obscura necesaria para las operaciones de fotografía. La reseña se acompañaba de seis fotografías: cuatro correspondían a diferentes aspectos del laboratorio de Física general, una al laboratorio de Termología y otra al laboratorio de Electricidad y Magnetismo.

  el Instituto de Radiactividad de la Universidad de Madrid, situado en la calle Amaniel. Inició sus trabajos en 1903 como Laboratorio y a partir del 1 de enero de 1911 se tranformó en Instituto de investigación, dirigido por José Muñoz del Castillo, catedrático de Mecánica química de la Facultad de Ciencias. En su plantilla había dos preparadores auxiliadores de Radiactividad,  uno de ellos era Ignacio Bolívar Pieltain-, cuatro ayundantes y tres agregados meritorios. El Instituto, que ha merecido una importante investigación de Néstor Herrán, tenía cinco secciones: Radiofísica, Radioquímica, Radiogea y Radiocosmia, Radiobiología y Boletín y publicaciones del Instituto; libros y biblioteca. La información que se ofrecía en la reseña sobre sus actividades y líneas de trabajo se completaba con seis ilustraciones alusivas a: Sección 1. Radiofísica. Departamento para mediciones de precisión; Sección 2. Radioquímica. Cámara obscura; Sección 3. Radiogea y Radiocosmia. Departamento para los gases, rocas y minerales radiactivos; tres fotografías relacionadas con la Sección 4. Radiobiología: Observatorio de radiactividad, Campo de ensayos de abonos radiactivos y Departamento de microbiología y reconocimientos radiactivos.

Instituto de Radiactividad

    el Laboratorio de Anatomía Comparada de la Facultad de Ciencias, en el que los alumnos recibían las lecciones teóricas y prácticas de la asignatura Organografía y Fisiología animales, iniciándose en los trabajos de Anatomía comparada y de Embriología. Su descripción se acompañaba de dos fotografías referentes al laboratorio de Fisiología de la Facultad de Ciencias.

      la Facultad de Medicina de la Universidad Central que ocupaba un amplio edificio en la calle de Atocha.

Edificio de la Facultad de Medicina en la calle Atocha

Edificio de la Facultad de Medicina en la calle Atocha

Dado el «muy algo prestigio científico de que goza» se informó ampliamente de sus instalaciones en las que «el Laboratorio de Histología y de Anatomía Patológica, que Cajal dirige, tiene mundial renombre». Esa información iba acompañada de nueve fotografías correspondientes a: vista de la entrada principal; Fachada del Hospital Clínico; Laboratorio de Medicina Legal; Laboratorio de Histología normal y patológica; dos fotografías del Laboratorio de Fisiología; Una de uno de los quirófanos; Sala de disección; y Detalle de la bóveda del gran anfiteatro.

Portada de la Facultad de Medicina de la Universidad Central

Portada de la Facultad de Medicina de la Universidad Central

 la Facultad de Farmacia de la Universidad Central, en la actual calle de la Farmacia. Su sede fue ocupada por la Real Academia Nacional de Farmacia.

Facultad de Farmacia

La actual sede de la Academia Nacional de Farmacia ocupa el edificio de la antigua Facultad de Farmacia de la Universidad de Madrid

La breve información sobre los estudios que se impartían en ella se completaba con un amplio reportaje fotográfico de veintiuna imágenes correspondientes a:

Fachada exterior; Fachada del pabellón edificado en el jardín para los estudios de Farmacología y Botánica; Museo farmacológico; Laboratorio de Mineralogía; Laboratorio de Técnica física; Laboratorio de Farmacología; Cátedra de Botánica; Cátedra de Química inorgánica; Herbario correspondiente a la Flora de España; Laboratorio de Química inorgánica; Laboratorio del profesor de Materia farmacéutica vegetal; Primer laboratorio de Materia farmacéutica vegetal; Segundo laboratorio de Materia farmacéutica vegetal; Primer laboratorio de Química orgánica; Segundo laboratorio de Química orgánica; Laboratorio del profesor de Análisis químico; Laboratorio de Análisis químico; Cátedra de Farmacia práctica; Laboratorio de Farmacia práctica; Laboratorio del profesor de Química biológica; Cátedra de Química biológica; Laboratorio de Química biológica; Cátedra de Microbiología; Laboratorio de Microbiología;  Continuación del laboratorio de Microbiología.

   la  Escuela de Veterinaria de Madrid, inaugurada en 1881, que ocupaba «un espacioso y moderno edificio» en el nº 70 de la calle Embajadores, donde se encuentra actualmente la sede del Instituto de Enseñanza Secundaria Cervantes, según destaca en su interesante blog Mercedes Gómez. (ver aquí). Su reseña se acompañaba de cuatro fotografías correspondientes a: Vista general del edificio; Laboratorio de Higiene; Laboratorio de Fisiología; Laboratorio de Bacteriología.

Vista general del edificio de la Escuela de Veterinaria. (Foto Museo Veterinario Complutense)

Vista general del edificio de la Escuela de Veterinaria. (Foto Museo Veterinario Complutense)

  el Museo Laboratorio Jurídico de la Facultad de Derecho fundado y dirigido por el decano de la Facultad Rafael de Ureña y Smenjaud (1852-1930). En él se recibía la enseñanza práctica de las asignaturas de Historia del Derecho, Derecho penal, Historia de la Literatura jurídica y Antropología criminal. El Museo de criminología del Laboratorio disponía de una serie de instrumentos procedentes de la Audiencia provincial de Madrid, según había dispuesto una real orden de 29 de julio de 1912.

Organismos municipales como el Laboratorio municipal de Madrid, fundado en 1879 y ubicado desde 1903 en la calle Bailén. Sus principales trabajos estaban relacionados con los servicios analíticos -fundamentalmente de alimentos  y bebidas- la inspección de subsistencias y la defensa contra las enfermedades infecto-contagiosas. La información que se ofrecía de él estaba acompañada de una única imagen alusiva a la Vista exterior del edificio.

laboratorio municipal detalle fachada

Detalle de la fachada del Laboratorio municipal de Madrid