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Cuaderno de investigación de Leoncio López-Ocón sobre las reformas educativas y científicas de la era de Cajal. ISSN: 2531-1263

La fundación de la Universidad Internacional de Verano de Santander en el verano de 1932, hace 90 años. Primer cuadro.

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Un decreto firmado en Madrid el 23 de agosto de 1932 por el presidente de la República, Niceto Alcalá-Zamora, y el ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes, el dirigente socialista Fernando de los Ríos, sentó las bases de la fundación de la Universidad Internacional de Verano, que se decidió crear en la ciudad de Santander, en las dependencias del antiguo palacio real de la Magdalena.

Como es sabido, ese centro docente fue una de las más importantes realizaciones culturales republicanas.

Al celebrarse en estos días el 90 aniversario de su creación he decidido aproximarme a su momento fundacional a través de varios cuadros, evocadores de su contexto.

Así en un primer cuadro, objeto de esta entrada, se mostrará cómo el ministro Fernando de los Ríos tenía ya tomada la decisión de impulsar esa iniciativa cultural en el mes de julio de ese año de 1932. Así se deduce de varias declaraciones periodísticas que efectuó a lo largo de la segunda quincena de ese mes.

Fernando de los Ríos rodeado de escolares en su visita a los Viveros de la Villa el jueves 14 de julio de 1932.
Foto Marina. Ahora 15 julio 1932, p. 13

Pocos días después de visitar las obras del grupo escolar que se estaba construyendo en Madrid, que llevaría el nombre de Giner de los Ríos, en homenaje al fundador de la Institución Libre de Enseñanza que como es sabido era su tío, y los viveros de la ciudad donde numerosos escolares disfrutaban del aire libre haciendo ejercicios prácticos de educación, Fernando de los Ríos hizo unas amplias declaraciones al diario El Sol, que las reprodujo en su primera página en su edición del martes 19 de julio de 1932.

Portada de El Sol martes 19 julio 1932

Esas declaraciones formaban parte de la campaña de apoyo que estaba recibiendo la labor ministerial de Fernando de los Ríos por determinados periodistas, como ya hubo ocasión de comprobar cuando se informó de la cobertura que dio Corpus Barga en el periódico Luz a la visita que hizo Fernando de los Ríos al pueblo toledano de Navalcán a principios de ese año de 1932 cuando intervino en él una de las misiones pedagógicas organizadas en el primer bienio republicano. Ver aquí.

Medio año después la redacción de El Sol al recoger sus declaraciones subrayó los aciertos de su gestión en estos términos:

Hay que destacar la obra cultural de don Fernando de los Ríos en el ministerio de Instrucción pública. Fuera de la pugna partidista que en estos días ha alcanzado un punto de culminación, el ministro va ensanchando con plausible tenacidad los horizontes de la escuela y de la Universidad: nuevos edificios, centros de investigación, difusión del teatro artístico, intercambios escolares.

El ministro centró sus declaraciones en destacar la intensificación de las relaciones de cooperación educativa y científica con la República francesa, de lo que ofreció numerosas pruebas:

– el director general de Primera Enseñanza, Rodolfo Llopis, destacado dirigente socialista, había sido invitado a participar en Burdeos en la celebración del Congreso Nacional de Maestros de Francia. Aprovechó esa ocasión para detallar la labor educativa de la República, utilizando «la pantalla» para dar a conocer la experiencia de las misiones pedagógicas, añadiendo el ministro: «La película que explica y divulga esta obra de las misiones causó verdadera impresión a las autoridades académicas que la presenciaron y a los maestros franceses allí congregados». Evidentemente sería un acontecimiento la recuperación de ese documento fílmico que no sabemos si pervive en algún lugar.

– la llegada a finales de agosto de 1932 a España de más de dos centenares de maestros, maestras y normalistas franceses organizados en cinco expediciones, una de ellas procedente de Angulema.

-el acuerdo adoptado por el ayuntamiento de Burdeos de dedicar una de las principales calles de esa ciudad atlántica al pedagogo español Francisco Giner

– la concesión del doctorado «honoris causa» de la Universidad de París a Gregorio Marañón

– el uso de la nueva Residencia de Estudiantes de París, que estaba financiando el gobierno español en la Ciudad Universitaria de París, «adonde nos proponemos enviar profesores de Instituto, de las Normales y maestros de Primera Enseñanza» para facilitar esos intercambios educativos y científicos con Francia «que representa la cima de la divulgación del saber en el mundo entero».

Y tras comentar que el domingo anterior -es decir el 17 de julio- había hablado con el presidente del gobierno Manuel Azaña sobre esa labor de cooperación educativa y científica con Francia, hizo el anuncio de una iniciativa, que se revelaría relevante en la acción cultural de la Segunda República. A la pregunta del periodista sí tenía otros planes inmediatos comentó lo siguiente:

Tenemos un plan perfectamente trazado, y en el que yo cifro las mayores ilusiones pedagógicas. Consiste en la creación de una Universidad Internacional veraniega, para cuya instalación se utilizará el Palacio de la Magdalena, de Santander. A los cursos de verano que se darán en esta Universidad serán invitados profesores eminentes de las Universidades extranjeras y también profesores españoles. Convivirán allí durante una temporada y realizarán un intercambio cuya eficacia es innecesario subrayar. La vida científica tomará con ello nuevos rumbos del más alto interés. Es nuestro propósito que desfilen por aquellas cátedras los más relevantes catedráticos del mundo. Así, quienes quieran ampliar sus estudios con las explicaciones de las autoridades más capacitadas de España y fuera de España, tendrán una ocasión magnífica de hacerlo. Hombres de ciencia, filósofos, historiadores, maestros del Derecho, pasarán por las aulas santanderinas en una cruzada intelectual del más alto valor, y de la cual corresponderá a España toda la gloria. La organización y el mantenimiento serán nuestros exclusivamente.

Santander ofrece para esta obra una situación excepcional, ya que se cuenta con la biblioteca Menéndez Pelayo, la Fundación Valdecilla, la estación de Biología marina y, sobre todo, la situación excepcional de la ciudad, tan atractiva geográficamente. Las posibilidades que ofrece el clima, el sitio y aquellos elementos complementarios de que le hablo, así como la proximidad del emplazamiento del Museo prehistórico que se ha de hacer en Santillana del Mar, son una base inapreciable para el desarrollo eficiente de esta iniciativa.

Tras ofrecer esa primicia e insistir que para ponerla en marcha también contaba con el apoyo del gobierno francés, anunciando un próximo viaje a París, habló de otros logros culturales que estaba impulsando su ministerio. Al respecto explicó que gracias a su patrocinio se estaba constituyendo el Fichero Artístico Nacional, «de cuya ejecución puede enorgullecerse el Centro de Estudios Históricos» . Gracias a su labor acababa de aparecer el primer tomo del libro «Monumentos españoles«, confeccionado por los integrantes de la sección de Arte y Arqueología de esa institución dependiente de la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas. La obra tendría tres tomos y «serán el verdadero inventario artístico de España». Y añadió el ministro: «Se enviará a todas las escuelas para que el maestro remoce y enriquezca las lecciones de Geografía, dando a los escolares una visión más fecunda y compleja de lo que es España y de lo que significa la labor realizada. El segundo volumen ya está terminado, y se está imprimiendo en estos momentos».

El entrevistador recibió como regalo el primer volumen de esa edición que estaba en la mesa del ministro. Su valoración fue esta: «La obra es magnífica. Comprende desde Alava hasta Jaén. Todos los monumentos artísticos, históricos y arquitectónicos de España pasan por la vista del lector en una reseña abreviada y clara, concisa y documental. Casi todos ellos llevan su correspondiente fotografía. Inicia las páginas de este tomo una Advertencia a manera de prólogo, que firma el Sr. Sánchez Cantón, y en la que se recuerda el fracaso de todos los intentos realizados hasta ahora para inventariar y resumir en un libro la riqueza artística nacional. Ya se ha logrado. Este libro, primorosamente editado, que el ministro ha tenido la gentileza de poner en nuestras manos, es el primer paso.»

También el ministro le habló al redactor de El Sol de la residencia para maestros que se había inaugurado en la población asturiana de Celorio, ocupando una antigua residencia de jesuitas -que ahora vuelve a estar en poder de esa orden religiosa (ver aquí), tras haber sido durante la guerra como depósito de soldados de reemplazo por las fuerzas republicanas y luego campo de concentración de prisioneros cuando las tropas nacionalistas ocuparon totalmente Asturias en octubre de 1937. (ver aquí)

Finalmente el periodista se interesó por uno de los proyectos en los que el ministro tenía la mayor ilusión, como era la puesta en marcha de «la Barraca estudiantil». Fernando de los Ríos aludió a su reciente viaje a Almazán donde la Barraca, que dirigía Federico García Lorca, había actuado con un gran éxito -aunque se habían producido algunos incidentes durante la representación – y que en los días siguientes esa agrupación artística estudiantil haría su presentación oficial en La Granja ante el jefe del Estado. Y añadió que cara al futuro el ministro tenía sobre su mesa el impulso a los centros de estudios arábigos, que se iban a inaugurar en octubre de 1932, la intensificación de grupos escolares, las misiones pedagógicas, y planes sobre el Teatro artístico.

De tales iniciativas informó días después de manera extensa en unas largas declaraciones que hizo en ese mismo diario a un reportero que firmó con las siglas A.C. y Z. el domingo 24 de julio de 1932, recogidas en su página 12 y última. En ella se explayó sobre la labor renovadora de la cultura española que estaba llevando a cabo su ministerio en ámbitos como las escuelas primarias, las Escuelas Normales, las Misiones pedagógicas, la enseñanza secundaria, las Escuelas de Trabajo, la obra universitaria, la Escuela de Estudios Árabes de Granada y su proyección en el mundo islámico, los Museos, los Archivos, la acción artística mediante la creación del Teatro Lírico Nacional por parte de la Junta Nacional de Música.

Ultima página de El Sol del domingo 24 de julio 1932

En medio de esa intensa actividad parlamentaria, gubernativa y publicística Fernando de los Ríos decidió viajar el último fin de semana de julio de 1932 a Santander. De las intenciones que albergaba en ese viaje el ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes dio cuenta el diario vespertino republicano Luz, nacido a principios de ese año, impulsado por el empresario Nicolás María de Urgoiti, cuando este perdió el control del accionariado de El Sol, poco antes del advenimiento de la República.

Portada del diario vespertino Luz sábado 30 julio 1932

El suelto, publicado en su primera página de la edición del sábado 30 de julio, titulado «Un proyecto. El Palacio de la Magdalena, Universidad Internacional de verano», decía asi:

Don Fernando de los Ríos tiene el propósito de aprovechar el descanso parlamentario de esta semana con objeto de trasladarse a Santander y estudiar sobre el terreno un proyecto muy interesante.

Se trata de transformar el Palacio de la Magdalena en Universidad Internacional, cosa que ya tiene decidida el Gobierno.

Abriga el ministro de Instrucción Pública el proyecto de buscar un sitio que sirva para que los hombres de ciencia de todo el mundo puedan trabajar allí, gozando al propio tiempo de la bondad del clima y la belleza del lugar. A los profesores, tanto nacionales como extranjeros, así como a sus familias, que asistan a los cursos de verano, se les dará vivienda en el mismo Palacio de la Magdalena, buscando la convivencia que estreche con lazos de amistad la relación entre unos y otros profesores.

Se harán varias reformas, entre ellas la de ampliar la biblioteca, con las de Menéndez Pelayo y la de Valdecilla.

El ministro de Instrucción, a propuesta de algunos periodistas, y si éstos colectivamente lo solicitasen, está dispuesto a establecer unos cursillos de divulgación científica, dedicados a los periodistas de toda España.

Autor: Leoncio López-Ocón

Historiador. Investigador del Instituto de Historia del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC. Madrid.

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